El tratamiento conservador incluye una dieta rica en fibras, medicamentos antiinflamatorios, baños de asiento y reposo. La ingesta de alimentos ricos en fibras alivia algunos de los síntomas menores, pero no es un tratamiento completo. No hay evidencias de que los baños de asiento sean un tratamiento eficaz. Pueden utilizarse corticoides locales y en forma de supositorios, pero no se los recomienda durante más de 14 días, ya que su uso continuo produce adelgazamiento de la piel. Otros medicamentos, como analgésicos, adrenalina y otros, pueden producir alergia. Estas terapias farmacológicas, por consiguiente, tienen efectos secundarios importantes.
Muchos pacientes eligen estos métodos porque son relativamente simples.
Este método sirve para el tratamiento de las hemorroides de grado I a grado III. Las mismas se secan y se caen después de 5 días de colocada la banda. Si el método no se aplica de la forma adecuada, el paciente puede experimentar un fuerte dolor. Según datos estadísticos, la tasa de curación es del 87%, y un 3% de los pacientes sufre complicaciones.
La terapia de esclerosis consiste en inyectar un endurecedor y fenol en la hemorroide, lo que hace que se reduzca. La tasa de éxito es del 70%.
El profesional médico puede aplicar electrocauterización, radiación infrarroja, láser o criocirugía. El método de quemado con radiación infrarroja puede aplicarse en las hemorroides de grado I a II. En las de los otros tipos, la tasa de recurrencias es muy elevada.
Todas las intervenciones quirúrgicas pueden generar complicaciones, como sangrado, infecciones, etcétera. Existen varias opciones para estos procedimientos, como PPH (Procedimiento para hemorroides con prolapso), dispositivos terapéuticos anorrectales o terapia con iones de cobre. El tratamiento más clásico para las hemorroides mixtas es el procedimiento de Milling-Morgan.
El PPH se ha aplicado gradualmente, y se desarrollaron varios abordajes quirúrgicos mejorados. Sin embargo, aún deben resolverse algunos problemas, como el prolongado tiempo de operación, las hemorragias intraquirúrgicas y el dolor posterior. Algunos pacientes con cuadros graves presentan luego una disfunción anal residual.
La ventaja del dispositivo terapéutico anorrectal es que no hay hemorragia durante la cirugía y se reduce el tiempo de la operación. Su desventaja es que la herida será resecada o no dependiendo de si se cae después de la solidificación. Existe un riesgo de hemorragia masiva, y se produce una quemadura de grado I de 1 o 2 mm alrededor de la herida. Después de la operación también pueden producirse dolor y edema, y el tiempo de recuperación puede ser prolongado.